Que no soy un experto en
tributación ya os lo digo yo y, por si tenéis alguna duda, seguramente a lo
lago de este post quedará cumplidamete demostrado. Hablar de casi todo y sobre
cualquier cosa es un efecto colateral que no controlo desde que tengo cuenta en
twitter y ha ido a por desde que soy bloguero.
De este gobierno me esperaba una
reforma laboral por este estilo, creía garantizadas privatizaciones, estaba seguro que le
meterían mano a la Educación y Sanidad pública y tenía algunas dudas sobre la configuración
del Estado. Todas estas certezas se apoyaban en sus mensajes a lo largo de toda
la legislatura, sus voceros mediáticos y la ideología que sustenta al Partido
Popular. Arrollaron y en democracia que el ganador ponga en práctica sus recetas
es lo lógico así que no entiendo ciertas caras de sorpresa.
Empezando por la configuración
del Estado parece que no hay lo que decían tener para meterle mano. Rajoy
solito se metió en la boca del lobo cuando se empeñó en salvar unas
instituciones caducas remanso de políticos fracasados o pluriempleados como las
Diputaciones Provinciales. Fusionar Ayuntamientos o tocar el estado de las
Autonomías levantará tales ampollas que no lo harán.
Ya utilicé esta viñeta pero me gusta así que... |
Sobre la Educación y la Sanidad
pública son ellos los primeros que saben incierto su punto de partida, la mayor
eficiencia de la gestión privada. Las diferencia simplemente la claridad a la
hora de definir los objetivos. En el ámbito privado está claro, ganar pasta. En
el público no y los bandazos así como la priorización por los criterios
políticos y no de gestión hace el resto. Por otro lado el famoso ratio coste/alumno
en la privada y en la pública parte de premisas falsas en origen.
Todavía no he visto un colegio privado de postín en un área con menos de
100.000 personas en un radio de 20
km . Esto también es aplicable a la Sanidad privada. La Sanidad y Educación pública deben llegar a todos aunque los números no salgan en
según que zonas siendo la obligación del gestor público hacerlas viables en su
totalidad. Y hasta aquí lo que me queda de socialdemócrata pues en lo referente
a la subida de tasas para los universitarios que se aparcan años de facultad en
facultad ó en ajustar el coste farmacéutico no puedo estar más de acuerdo. Llo
dice un estudiante que fue mediocre y que tendría que pasar por caja con la
nueva reforma.
En lo referente a la dichosa reforma
laboral primero dijeron que generaría empleo para desdecirse sobre la marcha. Otros clamaron
y siguen en ello que solo destruye empleo a mansalva. Es importante que sepan
los unos y los otros que no conozco ni a un solo empresario que contrate o
despida más allá de cómo se comporte la demanda. En lo referente al despido con 20 días
recordarles que no es ninguna novedad salvo que antes las empresas debían
demostrar las pérdidas a toro pasado y ahora nos permiten adelantarnos cosa que
me parece de una lógica aplastante si es
la viabilidad de la empresa el objetivo que buscamos. Medicar al enfermo cuando
ya estamos en el velatorio no resulta muy eficiente que digamos.
Mi lío ideológico está en como
concibo los impuestos, padezco una mezcla rara. Comparto la base del
pensamiento liberal cuando defienden que los gestores públicos suben los
impuestos ya que no les pasa por su imaginación como ajustar sus monstruosos
gastos de funcionamiento. Pero estoy en contra cuando justifican el fraude
fiscal como respuesta lógica a la incapacidad que demuestra el Estado de
controlar sus gastos. Será por mi desconocimento pero defiendo algo más
sencillo mezcla de ambas posturas. Subir los impuestos es injusto por parte del
Estado sin antes ajustar los gastos estructurales y también una inutilidad sin
meter en cintura la economía sumergida. Eso sí, en ningún caso está en mi
ideario justificar o reírle la gracia al defraudador.
Pero si en algo me han dejado
descolocado estos liberales del PP es el uso de los impuestos en situaciones
límites. Es decir, si todo va bien soy muy liberal pero si las cosas se ponen
chungas uso las recetas de otros. Eso es firmeza en las convicciones…. Los
impuestos son al Estado lo que las ventas a cualquier empresa y no conozco
ninguna empresa que, ante una caída de ventas, se le ocurra la brillante idea
de subir sus precios. Este gobierno y al anterior no lo entenderían aunque nos
dieran más de dos tardes para que se lo expliquemos. Ya puesto me daré el gusto
de hacer unas preguntas que el tiempo nos irán respondiendo.
¿Piensan escuchar a alguien que
les diga que ajusten todos los gastos inútiles enmarañados entre el
entramado político-público en todos los ámbitos incluido el ámbito sanitario y
educativo?
¿Qué cuerpo se les pondrá cuando
baje el consumo de todo tipo y se diluya en dos meses el efecto recaudatorio de la subida
del IVA?
¿Cómo piensan explicar el repunte de la economía sumergida al hacerla más competitiva en los mismos puntos
que suban el IVA?
¿Quién le explicará al ciudadano que no pagar el IVA es una estafa y no un descuento?
¿Dirán que somos las empresas las
responsables de otra avalancha de parados cuando el consumo acentúe su hundimiento
ante la falta de pedidos o estos se deriven a empresas en situación irregular?
¿No recuerdan que la subida del
IVA realizada por el PSOE es una de las responsables del nuevo parón en el
consumo tras la vuelta del verano?
Los dos gobiernos se han empeñado
en cambiar el refranero español, lo siento por la “H ” pero vamos camino de institucionalizar el
“eres más inútil que una subida de IVA”