lunes, 30 de julio de 2012

Reconversión


He perdido la cuenta. Sinceramente debo decir que ya no escucho, desconecto en cuanto dicen que los del sector de la construcción debemos reciclarnos. Que tenemos que pensar en nuevos campos de actuación nos dicen. Antes, hace unos años, me angustiaba e intentaba explicar la complejidad que conlleva cambiar toda una industria preparada para fabricar masivamente ciertos productos muy específicos. Los entendidos en la materia le llaman “barreras de salida”. Yo prefiero llamarle estar  pillado en una trampa para osos, es menos glamuroso pero refleja mejor las sensaciones ante un mastodonte que solo sirve para hacer bloques de hormigón. Llamarlo así, por su nombre, tiene otra ventaja, no suelen sacar de nuevo el asunto.

Dada esta complejidad las empresas del sector hemos ido menguando según la demanda de nuestros productos o simplemente desapareciendo haciendo mutis por el foro en forma de compañeros apuntados a la mayor empresa del Estado, INEM SA. Otras, las que han llegado hasta aquí gracias a su fortaleza o que se han ido comiendo la despensa en estos últimos años se parten la cara entre ellas por llevarse a la boca las cuatro obras mal contadas que sale a licitación.

Desde hace unos meses puedo confirmar la excepción que toda regla tiene. Allá por 2009 un cliente que llevaba toda la vida como contratista de viviendas me dijo que no estaba dispuesto a seguir contratando obra a riesgo de no cobrar o si margen. Viendo la que se nos venía encima optó por invertir lo ahorrado en el cambio y ni un euro en la subsistencia. Pensaba apostar por explorar una oportunidad y no en mantener el enfermo con oxígeno, gotero y calmantes a la espera de un final predecible. Por aquellos meses, guadaña en mano, cerraba una de las secciones de mi empresa. Tornos, fresas, soldadoras de hilo debidamente empaquetadas y con el correspondiente lazo se las vendí. Baratas me dijeron unos, caras viendo que ahora con un torno último modelo te regalan la fresadora y un viaje por el corazón de Europa. Me explicó su proyecto, mezcla de su espíritu inventor y de los conocimientos adquiridos en sus años como estructurista. Le di ánimos y a otra cosa que la apisonadora del mercado nunca respeta tiempos muertos ni perdona sentimentalismos.


Hace pocos meses recuperé su pista. Su primera instalación completa se puso en marcha junto a la A44 a la altura del Suspiro del Moro. Un molino de viento diseñando, fabricado e instalado por el que fue encofrador, albañil y encargado de obra mueve garbosamente sus aspas mientras saca agua a 100 metros de profundidad para regar espárragos en pleno secano de Padul sin gastar un Euro en energía. A José Delgado ninguna sultana, por muy Aixa que se llame, podrá espetarle si fracasa que no lo intentó, que no se recicló que no defendió su futuro más allá de los ladrillos, el hormigón o los encofrados. Merecen triunfar los "José Delgado" que andan por esos polígonos sin resignarse a su suerte.

lunes, 16 de julio de 2012

Liberalización de los horarios, una trampa.


Ahora que vamos a contar mentiras (tralará) mejor contarlas grandes y hermosas que para pequeñas y enjutas ya tenemos nuestras carteras. Ahora que han liberalizado los horarios en Madrid (tralará) contemos al pequeño y mediano comercio del resto de España que si se abre su negocio 24 horas sobre 24 horas sus ingresos florecerán como los cármenes del Albaycín en mayo, los almendros al final de enero o los cerezos del Jerte cada idus de Marzo.(tralará)



Puestos a contarles medias verdades, que son las más grandes mentiras conocidas, les diremos que no estudien el perfil de su cliente objetivo antes de planificar sus horarios. Que no analicen su cartera de productos y servicios por si se quedaron anclados en el tiempo. Que ni se les ocurra estudiar su ubicación por si es clave en los resultados del negocio.

Ya que tienen la soga al cuello y los acreedores haciendo cola en la puerta insinuemos en plan gurú, está de moda, que el futuro de su negocio es abrir todos los domingos y fiestas de guardar ya sea zapatería, taller o librería. Analizar el margen de los productos, los costes fijos, estrategia de comunicación etc. solo es para las empresas del IBEX y en el Zaidín o La Chana eso no funciona. Ya puestos, enfrentemos al patrón con sus dos o tres curritos para ver como demonios pueden abrir hasta en Noche Buena y que los martes se dediquen a patear el Corte Inglés vacío mientras es hora de recoger a las criaturas.

Eso sí, ni se nos ocurra decirles que no deben hacer caso a los cantos de sirena en forma de políticos que creen que con esa medida nos salvarán del colapso. No les digamos que, para 24h sobre 24h y 365 días sobre 365 días, existen los negocios online con los que jamás podrán competir en su terreno y con sus armas. De los centros comerciales no me olvido, están plagados de los mismos comercios a los que están engañando. En cuanto al nivel de renta de los clientes mejor ni hablar, sigue grave con tendencia a empeorar pero eso sí lo sabe hasta el apuntador.

Por favor, si tiene su negocio en mi Andalucía, o temperaturas semejantes, deje de escuchar a los talibanes de los horarios y abra el suyo en verano cuando usted mismo se atrevería a salir sin miedo a que le de un tabardillo. Si lo tiene, el negocio digo, dónde a las nueve de la noche de un invierno cualquiera no hay ni un alma por las calles y pasear le da miedo hasta al hombre del saco váyase con su familia al brasero y deje que también lo hagan su empleados, mañana será otro día. Pero si lo tiene en la playa de Salobreña o en Prado Llano átese los machos y habrá todas las horas que pueda mientras la playa esté hasta la bandera y  los remontes vomiten esquiadores que ya tendrá el invierno, o verano,  para descansar.


Pensemos un poco que no enfermaremos por ello y mejor dediquemos más tiempo a analizar a nuestros clientes, sus hábitos de compra, nuestra cartera de productos, márgenes, proveedores estratégicos y, sobre todo, cuanto le sangra su banco. Que liberalicen los horario pero usted no caiga en la trampa.  Ya puestos, le garantizo que ahorrará más en aire acondicionado y salarios que el margen aportado por ese par de botines vendidos de las tres  a las cinco de la tarde  con 40º a la sombra de puertas fuera. Que liberalicen los horarios pero usted no caiga en la trampa. Estudie su negocio completo y no solo los horarios.

viernes, 6 de julio de 2012

Reconversión? especialmente en los partidos políticos.

Hasta hace unos años me mantuve al margen de la política si es que eso es posible. La comentaba en la distancia, de reojo mientras seguía con mis tareas. No pasaba de un motivo más para conversaciones de ascensor. Siempre sobre casos esporádicos o en períodos electorales. Luego a dejarles hacer otros cuatro años.

Todo cambió cuando el sector del que he vivido, vivo y espero seguir viendo unos cuantos lustros más le empezaron a saltar las costuras y entró en barrena. Durante la segunda mitad del 2007 y todo el 2008 los palos nos llovían sin piedad. Todos los sectores se creyeron libres de pecado , se pedían la vez para conseguir el mejor lugar desde dónde apedrearnos sin complejos. Igual que hoy cada dos palabras aparece la "prima de riesgo" por aquellas fechas las frase favorita de las tertulias era que necesitábamos "pinchar la burbuja del ladrillo" garantizando un "aterrizaje suave".

Noqueado, tardé unos meses en entender por cual motivo habíamos llegado al punto en el que nos vimos a finales de 2008 primeros de 2009. Conforme la marea bajaba las vergüenzas de más sectores quedaban a la vista y tenían que guardarse en los bolsillos los pedruscos dispuestos a seguir con nuestra lapidación. Poco a poco se fue mascando la tragedia y quedando claro que el sector de la construcción fue más el "arma del crimen" que el criminal como querían que pareciese. 

Nuestro crecimiento estuvo cimentado en una financiación sin límites para atender una demanda igualmente sin límites y su vez también financiada. Idéntico modelo funcionó con la obra pública, el gigantismo de la administración y un largo etc. Como en un arco de sillería nos quitaron la "clave", la financiación, y nos derrumbamos. Si a esta conclusión le sumamos mi facilidad para la simplificación, no pocas veces temeraria, comprenderéis que encontré fácilmente a los responsables. Los partidos políticos y la  política de #mesacamilla 

Nuestra Constitución les dio todo el poder para organizar el Estado. Seguro que fue, en su momento, una buena solución pero lo utilizaron casi exclusivamente para copar poder y para pagar favores prestados durante el procesos de acaparar más poder. Las elecciones se transformaron en el único escollo así que ganarlas justificaba endeudar administraciones y ceder a cualquier pretensión pública o privada con una marcada dificultad para decir NO y ninguna capacidad para planificar a medio y largo plazo. Sin prisas pero sin pausas asaltaron toda una maquinaria que atendiese sus necesidades financieras, las cajas de ahorros. Sus desvelos fueron tornándose cada vez más en como ganar las siguientes elecciones sin reparar en el monstruo que estábamos alimentando. Sin separación de poderes efectiva la maquinaria de los partidos mayoritarios campó a sus anchas alternándose en la poltrona en un bucle sin fin. En todo ese proceso olvidaron su objetivo fundacional que no es llegar al poder y una vez allí Dios proveerá. Los partidos tienen sentido si dirigen sus esfuerzos a canalizar las ideas de la sociedad para transformarla y prepararla para que resista mejor las complicaciones que seguro aparecerán a lo largo del camino. Pero un mal presagio no podía fastidiar su orgía de poder y fortuna.

Sí, ya lo se, es una simplificación llevada al límite cuando digo que la confusión de los partidos políticos en sus objetivos, centrándolo todo en el ansia por ganar elecciones y acaparar poder, explica muchos actos y decisiones que, de otra forma, no las entendería ni el que asó la manteca en sartén de palo. Asumo esa simplificación.

Una vez que llegué a esta conclusión decidí dejar de quejarme en los ascensores o en la sala de espera del médico, que pronto tendremos que re-pagar, y decidí no amargar más a los amigos en las barbacoas. Aposté por participar desde dentro para dinamitar ese bucle pernicioso. Tras tres años de militancia sin conseguir nada combato el fracaso calculando la pensión que difícilmente cobraré y el paso atrás que por primera vez en siglos estamos dando. Acto seguido recobro fuerzas para implicarme en la reconversión de la herramienta imprescindible que nos ha fallado, los partidos políticos.