lunes, 27 de julio de 2015

Amadeo de Saboya, el santo Job y la Alhambra

Con la abdicación de Isabel II sobre la mesa a los señores parlamentarios de la época les dio por pensar que el próximo monarca debería cumplir ciertos requisitos y allá que montaron un casting regio. Cosas  de un Presidente del gobierno como el general Prim, demasiado avanzado para el cazurrismo rampante de la época.
Amadedo I, rey de España (por poco tiempo)

Vistos los mimbres que ofrecía la línea sucesoria convendremos que no andaban muy desencaminados. El elegido, Amadeo de Saboya, tenía todas las papeletas para ser un rey competente y que pecase de soso, como dice Eslava Galán, garantizaba que no hubiese un choque de egos que de eso en el parlamento ya había y a espuertas. Vamos, como en todos los tiempos.
Estos días corre por Granada un manifiesto reclamando para la Alhambra alguien que la dirija desde la meritocracia, desde la preparación máxima en la materia y no respetando la línea sucesoria que marque este o aquel partido político. Lo suscribo. Es hora de explorar ese camino tan extraño para nuestra tierra pero lo que ya no tengo tan claro es como acabaría un  experimento tan bien intencionado.
El duque de Aosta, el rey que reinó tras un casting, duró dos años que se le hicieron eternos y sólo su extremada educación permitió que se despidiese con una carta repleta de buenos deseos para el pueblo español y cargada de alivio a nivel personal por dejar el potro de tortura que resultó ser el trono que le entregó Prim y el parlamento.
¿Los granadinos estamos preparados para que la Alhambra la dirija el mejor sin ser granadino? ¿Estamos dispuestos a que la dirija alguien que no responda a intereses de partido y que no se le pueda atacar por ese flanco? ¿Es posible que Granada no tenga en cuenta el origen del profesional en la materia elegido? Permitidme que lo dude sobre todo si en el deneí del  ganador –o ganadora- del casting pone que le dio por nacer en cierta provincia del bajo Guadalquivir. Por los ríos de Granada bajarían cosas más gruesas que suspiros.
La historia reciente en esta materia nos deja claro que Granada no es país para concursos internacionales de méritos y que en cuanto la política entra por la puerta el mejor curriculum salta por la ventana. Valga un Atrio como prueba.
Salvo que el santo Job ande reencarnado en el mejor profesional mundial en la dirección de monumentos históricos mucho me temo que el experimento sería fallido y la Granada cainita que nos lastra desde que tenemos uso de razón se anotaría otra víctima en su cartuchera. En Granada no eres nadie sin una trinchera en la que refugiarse.
Publicado "en la carretera" de @granadadigial el 20 de julio d 2015

lunes, 20 de julio de 2015

Partidos por el eje

Con el tratado del Ebro Roma y Cartago se repartieron Iberia para hacer de las suyas sin tener que estar todo el día mirando a su espalda. Siglos después Castilla y Portugal trazaron meridianos con el mismo objetivo pero a lo grande. La historia está llena de estos pactos entre los que se intuyen “iguales” en los que siempre pierden terceros que no tiene entrada para la fiesta. Estos pactos no son más que una tregua y duran hasta que uno de los dos se siente fuerte para reclamar su hegemonía completa. Cosas de los ejes.
No necesitamos echar mano del vuelo de las aves ni mirar las vísceras de un cabrito joven para saber que el eje Málaga-Sevilla es un caso similar aunque en miniatura. Los alcaldes de ambas ciudades envuelven en palabrería barata lo que es un reto de liderazgo en toda regla. Sevilla siente el aliento de Málaga en el cogote y la segunda todavía respeta la capitalidad de Sevilla.

En nuestros tiempos un eje como este no se hace para conseguir territorios, materias primas, ni cosechas pero si inversiones industriales, culturales y en obra pública. Mientras se reparten el pastel, el resto de Andalucía quedaremos como apéndices simpáticos y cariñosos. Simples satélites agradecidos por las migajas que nos dejen.

Ni del alcalde interino de Granada ni de los alcaldes en la sombra, que haberlos los hay, podemos esperar que intuyan lo que se está cociendo y mucho menos que planifiquen como conseguir entrada numerada para la fiesta, así que debería ser la Junta de Andalucía y los dos alcaldes del pacto los que recapaciten. La misma historia deja claro que estos pactos siempre acaban con un vencedor y otro en el purgatorio. Más les valdría  liderar aquello que sí  se sabe que funciona para desarrollar un territorio de forma equilibrada.
La Andalucía que genera progreso no sabe de provincias, de ríos, ejes ni fronteras. Aparece aquí y allá a pesar de esta política cortoplacista que se orienta a golpe de titulares.  Pocas iniciativas consiguen el tamaño necesario para competir  más allá de Despeñaperros y es este el objetivo el que debería perseguir la política.  La empresa andaluza adolece de tamaño. Demasiado grande para su territorio y demasiado pequeña para sobrevivir fuera. En este mundo el tamaño sí importa. Las administraciones podrían dedicarse a fomentar el asociacionismo como mejor forma de conocerse y evolucionar juntos. Podía poner los espartos para que confluyan proyectos similares ganando en envergadura, músculo financiero y capacidad de afrontar retos evitando que vayan a la guerra cada uno por su parte.  La falta de tamaño frena proyectos viables e iniciativas ambiciosas  condenándolos a llegar  tarde y débiles a los mercados pues en los negocios como en la guerra el efecto sorpresa  es imprescindible para irrumpir en un mercado y reclamar un puesto.
Casualmente el tamaño medio de las empresas en una región está directamente relacionado con la tasa de desempleo. Causalidades y no casualidades pero si finalmente al resto de Andalucía nos acaban partiendo por el eje imponiendo sus reglas y costumbres si les pido que al antiguo reino de Granada le toque acostumbrase a la cerveza que se fabrica junto al Guadalhorce. Todo tiene un límite y ese eje en materia de cerveza sería demasiado castigo.

Publicado "en la carretera" de @granadadigital

lunes, 13 de julio de 2015

El pecado original

Tenía pensado arrancar este blog explicando mi último periplo a cuarenta grados por las carreteras manchegas y con el aire acondicionado averiado pero,  mientras recuperaba líquidos y valor para continuar A4  hacia el sur, leí varios tuits sobre la firma de los 50 puntos entre el Partido Popular y Ciudadanos para garantizar el buen gobierno de Granada. Tiempo habrá de acordarme de ese taller que cambió los filtros y no estimó oportuno recargar el gas del circuito.
De todos los lugares comunes que han firmado para la gobernabilidad de Granada la defensa del AVE soterrado es el más común de todos.  En los minutos de la basura de la legislatura y con la obra lanzada los negociadores han colado de rondón al ratón del parto de los montes. Cosas de los pactos florero.

Sin rubor por parte de unos y con la parafernalia que caracteriza a los otros se plantan ante la ciudadanía para firmar un compromiso cuando la propia concejala del ramo reconoce que en Fomento ni le cogen el teléfono para hablar del asunto. No entiendo la sorpresa, si con un alcalde plenipotenciario la todopoderosa ministra Pastor ha ninguneado a todo el PP granadino con una alcalde interino y el grupo que le apoya pensando en quedar bien en la foto para las elecciones generales mejor dejen de molestar con la pelotita no fuese quedemos sin tren y nos dejen fijos los autobuses Granada-Antequera.
Ya puestos a firmar cosas en el punto que garantiza la reapertura inmediata de la biblioteca de Las Palomas echo en falta una cláusula por la que el concejal Paco Puentedura entre en volandas   el día de la inauguración tal y como salió del día del cierre.
El partido popular, en su nueva faceta de cordero granatensis,  hubiese firmado la segunda pista del Federico García Lorca, hacer navegable el Genil hasta el Guadalquivir y hasta el tren a la costa si le aprietan un poco. Ciudadanos no aguantó el pulso por la testa del señor Torres y ese pecado original dejó visible el punto débil de la nueva política. Le perseguirá toda la legislatura  cuando se enfrenten al partido popular en temas de calado,  le tensarán la cuerda recordándole ese viernes de dolores sea con alcalde interino o no.
Publicado en Granada Digial "En la carretera"

martes, 7 de julio de 2015

En la carretera

En septiembre de 2011 me dio por abrir un blog en el que hablar del mundo de un comercial por esas carreteras dejadas de la mano de Dios –y Alá-. Otros de mi sector apostaron por pagar psicólogos, aumentar las visitas a los bares o comprarse una bici y salir cada domingo llueva, truene o caiga fuego del cielo. Lo interesante es que la terapia del blog me ha servido y a mi cc no le ha dolido por lo que doy por buena la decisión.


En adelante, y mientras los amigos de Granada Digital  me acepten entre ellos, Diario de un Comercial será un espejo de En la Carretera”.