El sector de la construcción
siempre será un punto de apoyo para la verdadera recuperación, la del tejido
productivo, la de los mercados financieros queda lejos del común de los
mortales. Dada esta verdad irrefutable las ciudades, regiones o países ricos en
patrimonio arquitectónico pueden elegir. La elección es simple, esperar y subirse
de nuevo a la noria cíclica de la economía, con los resultados que estamos
viendo, o apostar por el círculo virtuoso de la restauración del patrimonio y
de la construcción sostenible.
Casa de Castril. Museo Arqueológico de Granada |
De la primera basta con
remitirnos a la hemeroteca aunque, seguramente, será imposible evitar que
generaciones venideras cometan nuestros mismos errores. De la segunda decir que
es, sin duda, lo más parecido a la cuadratura del círculo. Hablamos de una
construcción sensible con el patrimonio, que necesita formar y cuidar una mano
de obra especializada, que precisa de unos materiales con alto valor añadido en
su desarrollo y que le resulta imprescindible disponer de técnicos
especializados y empresas con un Know How al alcance de pocos.
Granada dispone de
empresas punteras en el desarrollo de materiales de construcción, de los
mejores técnicos en restauración del patrimonio, de un departamento de la UGR
especializado en los materiales y de barrios enteros plagados de edificios de
un valor incalculable. Sólo falta la voluntad política para arrancar el círculo
virtuoso citado activando la restauración de todo el caudal de patrimonio
arquitectónico que tenemos. La siguiente fase es el uso responsable de los
edificios restaurados como mejor herramienta conocida para mantener un edificio;
museos multisede, asociaciones de vecinos, alquileres, centros descentralizados
de las diferentes administraciones, albergues...
La tercera y última fase del
círculo virtuoso de la restauración del patrimonio llega sola y llega para
quedarse. El turismo de alto valor añadido disfruta y valora la conservación
del patrimonio y apuesta por las ciudades que así lo comprenden. Con la
Alhambra como referencia Granada lleva años intentando alargar la estancia
media del visitante y que su gasto medio suba. Estos días Junta, a través del
Patronato de la Alhambra, y Ayuntamiento nos
han dado una pequeña muestra de lo que pretendemos explicar. La ruta de
la Dobla de Oro es el mejor ejemplo de esta cuadratura del círculo. Sumando toda
Granada gana.
Mano de obra especializada,
materiales innovadores, procesos constructivos especiales, empresas basadas en
el conocimiento y equipos técnicos de prestigio son los activos habituales para
cambiar radicalmente el concepto peyorativo que se tiene de la construcción. Activando
el círculo virtuoso de la rehabilitación/restauración del patrimonio en una ciudad como la nuestra implica ayudar
a abandonar el furgón de cola al que parece que nos vemos abocados sin remedio
y disponer de un producto/servicio con un potencial inmejorable para conquistar
otros mercados. Justo lo que necesita la economía de Granada.
Artículo publicado en Granada Económica Marzo 2015
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