Sea por cuenta de la empresa o
por interés propio la asistencia a cursillos y conferencias forma parte del
reciclaje imprescindible para cualquier profesional. Por poco nivel que tenga el
curso o conferenciante, y los hay con menos nivel que una tertulia de la tv, rara vez sales sin una buena idea en el zurrón hasta
el punto que es la forma de evaluarlas para asistir o no a las próximas
En una de ellas, de la que no
recuerdo –para mi vergüenza- ni lugar ni conferenciante, me explicaron las
fases por las que todo hijo de vecino pasa para adquirir cualquier
conocimiento.
1.- Desconocimiento Inconsciente.
2.- Desconocimiento Consciente.
3.- Conocimiento Consciente.
4.- Conocimiento Inconsciente.
Al ser un animal de rutinas desde entonces no puedo evitar encuadrar a cualquier persona en uno de eso puntos. Cada vez que un sujeto habla de una de las pocas materias en las que me defiendo con algo de soltura rápidamente le paso el filtro. Obviamente esa metodología me la aplico con lo que consigo abstenerme de opinar en todo aquello en lo que no supere el desconocimiento consciente. El resultado es tal que el colegio de augures de
Como este blog medio abandonado
trata principalmente del mundo comercial servirán de prueba sobre la
efectividad del método. Si apuestas por contratar sin experiencia te llegan en
el primer estadio, desconocimiento incosciente, y es lo suyo. Si tienes suerte y eliges a una persona normal la primera
semana se le cae la empresa encima experimentando el desconocimiento consciente
en toda su amplitud. Con el apoyo del equipo y su predisposición no tarda en
pasar al tercer estado, conocimiento consciente, y el tiempo lo lleva al cuarto, conocimiento incosciente. Una empresa viva en un
mercado competitivo para un comercial
es un constante tránsito del conocimiento consciente al inconsciente
para volver al consciente de la mano de los nuevos productos, situaciones de
mercado o cambios de responsabilidades.
La realidad es una mezcla de
todas las posibilidades en el camino recuerdo compañeros estancados en “sé que
no sé pero no pienso aprender” que define el segundo estado o de aquellos que
nacen aprendidos y se plantan en el “yo lo sé todo”. Pocos equipos y empresas llegan lejos
si abundan estos perfiles.
Puestos a pasar este filtro a
otros sectores las tertulias y los políticos dan un juego extraordinario. Por
ejemplo conoceréis a los estancados en el desconocimiento inconsciente por ser los que más gritan y los que más tonterías dicen por minuto. De entre los que acaban de desembarcar en los ayuntamientos lo suyo es fijarse en la cara. Los buenos son los que estos días se les ve desencajados conscientes del desconocimiento consciente que calzan. Esos aprenderán.
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