De los infinitos análisis que se
han hecho sobre estos años, no pocos
ponen énfasis en el tamaño medio de la empresa española. Numerosos
expertos ven clave esta variable para
explicar la virulencia con la que muchas empresas han visto afectada su
supervivencia. Se diría que el “tamaño sí importa” en la gestión de las
empresas. Bajando al nivel del tejido productivo granadino esta cifras pueden
ser reveladoras del desplome de la actividad y, por consiguiente, las cifras de
desempleo que padecemos.
La empresa familiar granadina
reúne todo lo referente al tamaño micro al que se refieren los estudios y es,
también, la que más ha padecido centrando todas sus respuestas a estos retos
reduciendo todavía más su tamaño. Pero la clave es el conocimiento, los
recursos, la formación, la innovación, el disponer de tiempo para pensar,
analizar y diseñar estrategias que permitan afrontar todo tipo de contratiempos.
El tamaño sin más no explica gran cosa, que se lo pregunten a los dinosaurios.
Las empresas “grandes” a las que hacen referencia esos grandes gurús de las
escuelas de negocios casualmente tienen numerosas coincidencias en sus cuentas
de resultados, invierten cantidades muy serias en los grandes pilares del
conocimiento que todos sabemos: Formación a todos los niveles, I+D+i, análisis
de los mercados etc. Si el tamaño se usa para garantizar esa inversión la
supervivencia gana enteros.
Por el contrario la empresa
familiar tradicional ante malos vientos se suele encerrar en si misma centrado
todos sus recursos en solventar la batalla del día mientras pierde la guerra de
la supervivencia. Que el árbol no impida ver el bosque se puede solventar con
el asociacionismo del que tanto adolece nuestra provincia.
Pero estamos de enhorabuena, en
estos días se ha presentado La Asociación Granadina de Empresa Familiar. Nace
con la inequívoca vocación de cubrir todos esos pequeños déficits aparcados por
tareas imprescindibles y de unir las fuerzas para que las trincheras del día a
día no sean el final de buenos proyectos de empresa, vida y familia. Sin duda es una gran oportunidad para
demostrar que no es imprescindible el tamaño en ninguna faceta de la vida y
tampoco en la empresa.
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