viernes, 2 de noviembre de 2012

Fabricar para otros


Que nos pidieran nuestros productos con el nombre de la competencia al principio dolía. Perdíamos un tiempo precioso en explicarles aquello tan manido de los genéricos y las marcas. Lo superamos pensando que en Nestlé tampoco saltarían de alegría cuando a sus comerciales le pidiesen tres cajas de "Danones de pera”. Es una de las coces en la moral que da el mercado. Las empresas la sobrellevamos si la cuenta de pérdidas y ganancia se mantiene en verde y creciendo. 

Ahora, con la que está cayendo, me hace gracia cuando veo pedidos en los que nos piden un camión de “Danones”, les enviamos un de yogures Nestlé y la transferencia suena en el móvil. Clin!.  Es una batalla perdida, quieren tú producto pero lo han bautizado con ese otro nombre y no ganas nada con patalear.



Asumir que hacer una marca referente en cualquier mercado costaba tiempo, dinero y mucha paciencia nos facilitó el camino para colaborar con todo aquel que tiene la sartén del mercado por el mango y le cuesta poco introducir otra referencia. Construir sinergias le llaman en las escuelas de negocios. Todo ayuda a pagar las facturas decimos otros y firmaría ahora mismo que a Mercadona se le fuese la cabeza mañana mismo y en sus lineales apareciesen cementos cola marca Bosque Verde fabricados por unos granadinos del Padul.

Desde ese momento nos lanzamos a estudiar a otros fabricantes de nuestro tamaño, su gama de productos y sus instalaciones. Plan “tres en uno” lo bautizó un compañero aficionado al bricolaje. Necesitábamos que nos escuchasen, que les faltase alguna referencia básica en su catálogo y que nosotros estuviésemos preparados tecnológicamente para fabricarla y ellos no.

Uno a uno les visitamos, les sorprendimos y les propusimos el plan. Renunciar a tú propia marca puede parecer doloroso pero duele menos cuando consigues la producción mínima mensual que sigue haciendo viable el proyecto original por más que esté el sector a un paso para su traslado de la UVI al tanatorio.

4 comentarios:

Céfiro dijo...

Más doloroso si cabe puede ser contemplar cómo esas sinergias logradas a través de los años se desvanezcan precisamente ahora cuando más se necesitan; cómo esas marcas dejen de ser blancas para continuar su camino no tan solas. Con la tecnología que le has vendido y con lo que es peor. Con tu conocimiento adquirido, trabajado y pagado a través de tantos años, que se lo has regalado.

Unknown dijo...

El mundo de la empresa es así. Tus debilidades son aprovechadas por otros. El mejor analgésico para este mal es no mirar atrás ni lamentarse por la leche derramada. Siempre habrán otros desafíos para los equipos que se mantienen unidos. Las personas sueltas no hacen equipo y sin equipo no hay proyecto. Saludos

Anónimo dijo...

Muy buen artículo sobre Mercadona. Recomendaciones a tener en cuenta a la hora de negociar con Mercadona:

- Si tu marca dispone de gran notoriedad de marca para el consumidor, y eso se refleja en una gran rotación del producto, Mercadona te reserva poner tu marca de fabricante en sus lineales

- Si tu marca no dispone de la notoriedad, rotación y rentabilidad suficientes, la única solución posible es ser marca blanca. Hay que ver el lado positivo de las cosas, aunque éstas son negativas, y es que por lo menos estás en el lineal. Entre el dilema entre estar y no estar, es mejor estar, y si no es posible estar como marca de fabricante, la opción más rentable es estar como marca blanca. Muy buen post José Luis

Saludos

Jose Antonio

Unknown dijo...

Gracias José Antonio por un comentario con tanto fundamenteo. Hay que estar, estoy de acuerdo.