De vez en cuando aflojo la pasta
y me apunto a los cursos de las Escuelas de Negocios, algo siempre aprendo…
aunque sea haciendo justo lo contrario de lo que explican. Que yo sepa todavía
insisten en ilusionar a sus alumnos con “casos de éxito”. La primera vez me resultó interesante. Ahora
cuando un conferenciante pone de ejemplo “el Caso Inditex” si estoy cerca de la
puerta me largo a la carrera y pido que me devuelvan el dinero. Estoy por crear
el método “casos de fracasos” pues en las trincheras de las ventas se aprende
más cuando te dan una somanta de palos que cuando te firman un contrato.
(Redoble de tambores y con voz interesante…) El caso de los comerciales
que querían venderle a Paco una máquina de pelar almendras.
Andrés siempre fue previsor. Sus
almendros de la Ponzanca y de la Venta del Molinillo florecieron a tiempo, las
heladas tardías le respetaron y las lluvias de primavera fueron generosas y
tranquilas. La cosecha estaba garantizada. En el campo siempre fueron los
mejores momentos para renovar la maquinaria. Sobre todo la máquina de pelar las
almendras lo pedía a voces. Viendo amanecer ese día de junio desde el pedregal
de la carretera de la Cabra lo había decidido. Subió a su Land Rover, rebuscó
en la guantera hasta que dio con las dos tarjetas. Junto al café hizo tiempo,
esperó a las 8h. Llamó a uno y a otro representante de las fábricas que
conocía.
Catálogos, fichas técnicas,
fotografías, un video soltó Paco en una mesa del bar La Parada tras hacer espacio entre los
dos cortados que pidieron. Para cuando podía tener la máquina, precio, posible
financiación, producción estimada. Paco, le decía que todo eso estaba en los
papeles que le había soltado. No estaba dispuesto a perder la operación como
hace unos años. “Mira Andrés, si hubieses comprado mi máquina hace 4 años ahora
no estaríamos aquí. Yo te avisé. ¿Qué quieres seguir como estás? Gastando en
repuestos lo que gastas. Si no me equivoco es la tercera máquina que le compras
a Julian, creo que ya me toca!”. La mueca no fue por el trago al cortado,
mientras Paco descuartizaba la máquina de la competencia Andrés,
sin éxito, insistía en preguntas sobre la capacidad del modelo que le
presentaba.
Dos día más tarde apareció
Julian. Fichas técnicas, fotografías y un video soltó también en el capó del
Land Rover. Esta vez Andrés no quería que le sentase mal el cortado y citó al
comercial en su nave, junto a la máquina a sustituir. “Seguramente Andrés ya te
ha visitado. Ya sabes, si compras su máquina te durará una o dos campañas como
máximo. A mi no me interesa pero te
puedo dar como mínimo 10 referencias de
clientes que me ha levantado y que ya están arrepentidos. Mi máquina no
será la mejor del mundo pero la conoces” Paco intentaba explicarle los puntos
débiles del modelo que tenía y preguntaba como los habían resulto en el modelo
nuevo pero no le escuchaba, seguía dándole cera a la máquina de Paco.
Una semana más tarde Julian y Paco aparcaron junto al bar la Parada, vieron el Land Rover de Andrés en su
lugar habitual y ambos tenían un contrato caliente por fimar. En la puerta del
bar se saludaron afectuosamente y , sin perder la sonrisa, preguntaron por sus
respectivas familias. “Esta vez me toca a mí” dijo uno “ni hablar, este cliente
ya sabes que es mío” dijo el otro.
A esto salió Paco conversando con
otro con toda la pinta de comercial. Se dieron la mano. Julian y Andrés
no habían perdido el olfato de viejos comerciales. La falsa sonrisa se le borró
al instante.
Andrés se acercó a los dos,
“¿Queréis un café?” les dijo:
Hoy voy a hablar yo. He firmado la
compra de mi nueva máquina de pelar almendras con este señor que acaba de
marcharse. No conocía su empresa pero me explicó perfectamente su producto,
como mantenerla, como podía pagársela, me dio referencias de otros clientes que
la tienen y, tras hablar con ellos, están satisfechos. Me ha dejado un aval
bancario a modo de garantía por el importe total de la máquina por si no cumple
con lo pactado. Sería interesante que lo incorporéis a vuestra estrategia de
ventas. Paco no pretendía ser cruel, pero si claro.
De tú máquina Julián, la verdad,
estoy cansando. Es la tercera, siempre me prometes que la habéis mejorado, que
ya no fallará más. Que el servicio postventa lo habéis renovado pero sólo respondes
a mis llamadas cuando toca renovarla. – Julián tenía boca y ojos abiertos sin
poder pestañear.
Paco, tienes razón, las tres
veces que firmé con Julián te quedaste en puertas y te diré el motivo. No me
explicas nada nuevo, sólo pretendes que compre la tuya por aburrimiento y por
lo mal que funciona la de Julián. Siempre
tienes el mismo discurso, “que ya te toca” me dices. La semana pasada estuve
viendo varias máquinas tuyas de otras zonas y tienen los mismos problemas o
peores.
Andrés se despidió de ambos
aliviado y los dejó con los cafés fríos, las bocas abiertas y los contratos sin
firmar.
(Redoble de tambores y con voz interesante…) Hasta aquí El caso de los
comerciales que querían venderle a Paco una máquina de pelar almendras.
Si fuese verídico este caso me
gustaría que me lo hubiesen enseñado en uno de los cursillos. Y me tenéis que
perdonar, estamos de elecciones en Andalucía (sí, otra vez) y no sabéis cuanto me gustaría poder hacer como Andrés y dejar a los dos grandes partidos con la boca abierta, el café frío y mi
voto en la urna con el anagrama de alguien que aporte garantías de su gestión,
se dedique a exponer sus soluciones sin hablarnos de lo malos malísimos que son
los de enfrente… pero os daré una mala noticia, en el caso verídico, y aunque
apareció ese comercial nuevo bien intencionado, no apostó por él ya que no lo
conocía ni la madre que lo parió. Andrés le compró esta vez la máquina a Paco.
Bibliografía de máximo interés,
“El disputado voto del señor Cayo” de Miguel Delibes
"El Manual del Candidato" de Marco Tulio Ciecero
En las ventas y en la política todo está inventado hace más de 2000 años.
10 comentarios:
¿Lo que motiva a repetir es el miedo al cambio, a perder lo conseguido de no muy correcta manera, a mejor conocido que yo qué se, a cuidado que viene el bute? ¿O realmente la gente quiere Repetir y algunos todavía no se han dado cuenta? Puede ser también que enfrente no haya nada nuevo, que sigan con el mismo añejo catálogo. Que ya les vale tanta insistencia.
El problema real es que los comerciales tienen como objetivo vender la máquina, la que le digan que vendan, y todavía no ha llegado el comercial que pretenda pelar las almendras de la mejor manera posible y nada mas. En resumen, se desenfoca el objetivo de pelar almendras por vender la máquina.
Añejo!! Que buen adjetivo para un cátalogo... y para un programa electoral! ;)
Joer Juanma, que buena reflexión! patidifuso estoy! ;)
Lo bueno de hacer la fabula con comerciales es que a ellos se les supone que están ahí por la pela, y lo de pelar almendras se la pela. En el referente metafórico este asunto es crucial.
La vacuidad del marketing, vídeos incluidos genial. Lastima que cuando la climatología acompaña y conseguimos pelar adecuadamente la almendra y darle buenos usos a la cascara el precio de la almendra se desmorona.
La poesía nunca va más allá de la flor del almendro y posiblemente porque sale en primavera.
:)) sí, de un comercial se espera todo....
Buen post aunque creo que no se puede equiparar a la lucha política entre adversarios políticos. Por desgracia tenemos un sistema electoral donde sólamente dos partidos pueden gobernar. Un sistema bipartidista. Esto tiene sus ventajas y sus inconvenientes. A mi me gustaría que gobernasen otros partidos que piden cosas irrealizables a ver si las llevaban a la práctica. Me temo que no.
Evidente, la seguridad de no tener que gobernar permite pedir "unicornios rosas" pero voy más hacia la falta de autocrítica, al "o yo o el caos" etc. Gracias Paquito.
el dia que alguien se atreva a cambiar la ley electoral, a lo mejor se acaban estos metodos de hacer camapaña
Y el día que el programa vincule de verdad, y el día que nos muestren su equipo de gobierno antes de votar, y el día... soñemos que es gratis. Saludos MSS
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