Con cierta rutina escuchamos y/o decimos que los políticos, policias, jueces, comerciales... son un reflejo de la sociedad a la que representan, ni peores ni mejores. Los italianos y todos nosotros lo hemos comprobado con sonrojo y vergüenza ajena al escuchar esa conversación entre dos oficiales de la marina Italiana, entre las dos caras de una misma moneda, las dos caras de nuestra sociedad.
La prensa y la sociedad Italiana han descubierto que a los mandos del Costa Concordia estaba el "Berlusconi" de los Mares. Orgulloso y extrovertido con el viento a favor, cobarde hasta el ridículo ante una la fiereza de la realidad.
El periodista Aldo Grasso en un artículo descarnado le agradece al Capitán De Falco que rescate el orgullo de toda Italia en este Editorial
Italia ha necesitado un "Berlusconi" de tierra y otro de mar para hacer héroe a un marino, que imagino, no se prestaría a hacer el papel del Capitán de Vacaciones en el Mar, ni arriesgaría la nave ni el pasaje por pavonearse ante nadie y que, con toda seguridad, no sería contratado por quién pudo dar tamaña responsabilidad al otro.
Dice Aldo Grasso “La llamada telefónica dramática entre Francesco Schettino y el Comandante Gregorio María De Falco del puerto de Livorno es quizás el mejor documento que da fe de las dos almas de Italia. Por un lado, un hombre perdido y sin esperanza, un comandante cobarde y traidor que huye de sus responsabilidades, como hombre y como funcionario, y que está manchado de vergüenza indeleble. De otra...”
En otro párrafo define la responsabilidad casi como un ruego “El teléfono sólo puede apelar a la más preciosa y exigente virtud que poseemos: la responsabilidad personal. Cada vez que una tragedia sucede siempre es culpa de otra persona o entidad abstracta, no importa. Sin embargo, la responsabilidad personal - esa combinación de competencia y sentido del deber de cuidado y conciencia cívica - debe ser un requisito previo para cualquier tipo de mando, en tierra y mar. Sin embargo, nuestras miserias y nuestra debilidad nos indica siempre una vía de escape.”
Acaba el periodista agradeciendo al héroe, que hizo de la responsabilidad virtud gritando con la fuerza de todos los marinos que no viven de levantar copas de champán “suba a bordo, joder!” , que nos muestre ese camino que todos sabemos pero que nos cuesta tanto encontrar “Dos hombres, dos marineros de Campania al azar, dos historias: una que nos humilla, la otra trata de redimirnos. Gracias Capitán De Falco, nuestro país está en necesidad desesperada de la gente como usted” y digo yo que el nuestro también.
Grazie, Capitano - Corriere della Sera http://www.corriere.it/editoriali/12_gennaio_18/grasso-grazie-capitano_5e27d752-419a-11e1-9408-1d8705f8e70e.shtml vía @Corriereit
PD. Este artículo hubiese sido imposible sin la inestimable ayuda del traductor de Googel. ;)
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