viernes, 7 de octubre de 2011

Blas, profesional del Catering

Las bebidas son seguidas y asaltadas. Por su experiencia y el hambre que ve en los ojos la charla se ha retrasado y el catering no ha hecho más que empezar.

Las cervezas, copas de excelente vino y refrescos desaparecen en el enjambre entre empujones y algún que otro velado reproche. Los que charlan mal ubicados, lejos de la gatera por donde aparecen los camareros, a duras penas mantienen la conversación, se dedican a otear con los ojos bien abiertos y de puntillas a cada camarero que entra en la escena. El segundo tercio se intuye, jamón ibérico perfectamente cortado, tortilla de patatas en pincho, palitos de jamón York con huevo hilado y croquetas caseras. El ambiente cambia, ya no parece que estemos en plena cacería y las conversaciones ya son algo más que monosílabos. Incluso se puede ver algún rechazo a las bandejas que siguen saliendo por la gatera del oficio.

Y es que el instinto amigos iguala a brillantes oradores con los mediocres, a políticos con mando en plaza y los que deberán seguir medrando, al que quiere vender su producto con el que posiblemente lo comprará  y al que ha escrito el libro, inaugurado la tienda o presentado el disco con los que informarán sobre el libro, tienda o disco.

Blas es un auténtico profesional del catering con años de experiencia, está preparado para ver, oír, cobrar y callar.

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